El oficio de bailar

Era apenas una niña cuando comencé a bailar. No sabía porqué, pero me gustaba. Era un espacio perfecto para ser libre. Un espacio en el que nadie me podía cuestionar por mi falta de atención, ni mi notable incapacidad para la matemática. Siempre fui delgada, espigada, flexible, lo que me hacía una candidata perfecta a BALLERINA… 

Y empecé a bailar, sin más, sin preguntas, sin dudas, casi hasta sin expectativas; Bailar como quien vive, como quien respira. Llegaba la hora de clase; Cambiarse el uniforme del colegio por el de ballet. Las zapatillas, el cabello recogido, las mallas, el olor a brea, la voz aguda y chirriante de la maestra, el sonido de su bastón marcando EL TEMPO. 

Y luego, luego, ya en la barra, la música, la música, ese universo maravilloso y desconocido por el que viajaba en silencio, sólo acompañada por mis pensamientos muchas veces casi alucinantes, extraños…Y mis compañeras de clase, silenciosas y distantes, como yo. Y así, así fui creciendo, pasando de la infancia a la adolescencia, convirtiéndome más o menos en la mujer que ahora soy. Y crecí, crecí y crecí…

Se alargaron las piernas, los brazos, el cuello. Brotaron tímidamente los pechos, apenas asomándose como una promesa futura, maravilla de maravillas. Y, me convertí en mujer. Ojos, labios, cabello, piel…Trampas de los sentidos; Saco de mentiras peligrosas, como diría el monje desde su claustro, sintiendo el pinchazo de la tentación Mujer; Palabra de por sí misteriosa y enigmática que engendra más preguntas que respuestas. Siempre mujer, siempre mentira… 

Nunca supe ni sé ahora lo significa SER MUJER, tal vez, algo mejor, simplemente que ese ser al que Buñuel bien señalaba como ESE OBSCURO OBJETO DEL DESEO. 

No lo sé, pero lo que sí sé lo que es ser ese de por sí obscuro objeto, cuando se es una bailarina de oficio, entonces, todo es tal vez mucho más complejo, complicado. Recuerdo una frase dicha ahora por una maestra de la Escuela Nacional de Danza en México; No son mujeres son hadas, hadas que nos llegan cada año a que les enseñemos el OFICIO De BAILAR. 

Una bailarina es tal vez un hada que perdió su bosque encantado. Un hada que, por lo mismo no puede definirse propiamente como MUJER…Pues no lo es. 

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